La UNESCO reiteró la urgencia de enfrentar el déficit mundial de 44 millones de docentes, un desafío clave para cumplir con las metas educativas de la Agenda 2030.
A pesar de que hoy hay más estudiantes escolarizados que nunca —110 millones más desde 2015 y 40 millones adicionales que completan la secundaria— la organización alertó que la falta de profesores calificados, especialmente en África y Asia, amenaza la calidad del aprendizaje. El problema se agrava con el creciente abandono de la profesión: la tasa en educación primaria casi se duplicó, pasando de 4,62% en 2015 a 9,06% en 2022.
En este contexto, la Cumbre de Santiago 2025, celebrada el 28 y 29 de agosto pasado, concluyó con la adopción del Consenso de Santiago, un marco de principios y acciones prioritarias para revertir la escasez mundial de docentes y fortalecer la profesión. Entre los compromisos acordados destacan:
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Diseñar políticas inclusivas y condiciones de empleo justas, que respalden al profesorado en todas las etapas de su trayectoria profesional, desde la contratación hasta el desarrollo de carrera.
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Mejorar el diálogo social y garantizar la participación de los docentes en la formulación de políticas educativas.
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Movilizar recursos nacionales e internacionales, incluyendo mecanismos innovadores de financiamiento como los canjes de deuda por educación.
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Priorizar la igualdad de género, la inclusión y la diversidad en la profesión docente, para elevar su estatus social.
La Cumbre también enfatizó la necesidad de apoyar a los docentes en el uso de tecnologías digitales, que transforman aceleradamente la enseñanza. En esta línea, la UNESCO ha publicado en los últimos dos años dos guías para el desarrollo de competencias digitales en el profesorado.
El Consenso de Santiago será publicado íntegramente en 2026 como documento de referencia internacional para orientar políticas educativas y garantizar una educación de calidad para todos.