Los últimos días el ambiente cultural, en particular aquel del que formamos parte y tiene que ver con la industria del libro, la lectura y las Bibliotecas, ha estado muy agitado. Esto porque todos fuimos sorprendidos por la decisión del Ministerio de las Culturas, de rechazar la invitación que se hiciera en 2022 , por parte de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, para que Chile fuera el invitado de honor de ese evento en 2025. Reproducimos aquí una carta enviada al Director de El Mercurio, a la cual adherimos, firmada por 326 personas vinculadas al mundo del libro, en la que se insta a las autoridades a revertir tan insólita como incomprensible decisión.
«Hace poco más de tres meses celebramos el lanzamiento de la nueva Política de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas, encabezada por el Presidente Gabriel Boric, en el Palacio de La Moneda. Una política de continuidad – transversal, robusta y bien pensada – que convoca a 10 ministerios para su implementación.
Su gestación es fruto de un largo trabajo conjunto de más de 2.000 personas -naturales y jurídicas- que aportaron desde el Estado y la sociedad civil con el objetivo de generar unas definiciones y medidas que establecieran y abordaran coordinadamente los desafíos de Chile en torno al libro, la lectura y la ciudadanía lectora.
Uno de los cinco pilares fundamentales que la definen es el de la industria y la internalización del libro, porque -a 17 años de su creación- hemos comprendido como país que debemos favorecer el desarrollo sostenible de la industria del libro y su proyección internacional. Esa es la principal forma de potenciar el trabajo de creadores, editoriales y, por sobre todo, de asegurar a los lectores y lectoras de nuestro país su derecho de acceder a una amplia bibliodiversidad para potenciar su desarrollo como ciudadanos creativos, reflexivos y competentes.
¿Por qué es importante participar en la Feria de Frankfurt como invitado de honor? La realidad de la industria editorial chilena es precaria. Chile es un mercado pequeño que no es capaz de sostener el trabajo de editoriales, escritores, ilustradores, fotógrafos, diseñadores y traductores por si mismo. La única posibilidad que tienen de subsistir es con compras del Estado y con la venta de derechos a mercados extranjeros, que se concreta mayormente en Ferias Internacionales. Favorecer las condiciones para ese desarrollo sostenible es responsabilidad de todos, como una manera de asegurar que la riqueza y diversidad de nuestras propuestas artísticas editoriales se mantengan en el tiempo.
¿Por qué es importante participar en la Feria de Frankfurt como invitado de honor? La realidad de la industria editorial chilena es precaria. Chile es un mercado pequeño que no es capaz de sostener el trabajo de editoriales, escritores, ilustradores, fotógrafos, diseñadores y traductores por si mismo.
En ese sentido, la visibilidad y posibilidad de venta y compras de derechos, junto con la internalización de nuestro patrimonio bibliográfico que ser invitado a la feria más importante del rubro en el mundo provee, es algo que no podemos dar el lujo de desperdiciar.
Un país de lectores/as que cuente con una oferta restringida, que solamente puedan acceder al trabajo de industrias transnacionales -que se sustentan por si mismas- es un país que pierde riqueza, identidad y parte importante de su patrimonio.
Como señalara nuestra premio Nobel, Gabriela Mistral: “que la noble industria del libro exista para nosotros por el gasto que hacemos de ella, como existe la de tejidos y alimentos, y que el escritor se vuelva criatura presente en la vida de todos, a lo menos tanto como el político e industrial”»