
Con la participación de Diego Guaita, escritor y dueño de Librería Salvaje, los panelistas de “Quizás no sea nada” compartieron recomendaciones literarias y algunos consejos para fomentar la lectura.
Era el estreno de la sección literaria en PORCEL TV y los panelistas recibieron con entusiasmo las recomendaciones de libros de parte del escritor que hace cinco meses es dueño de su propia librería y que se dedica a hacer reviews de distintos libros en sus redes sociales. En esta ocasión, estas fueron las obras recomendadas:
– El Tarambana (Yosa Vidal): publicado en 2013, ideal para los seguidores
de Cervantes, El Quijote de la Mancha y la época de oro. Un libro cómico,
que trata de una mujer que se viste de hombre para sobrevivir a la
precariedad del campo chileno, desde comienzo del siglo XX hasta la
época de la dictadura.
– Obras Selectas (Virginia Wolf): compuesta por seis personajes
declamando. Un texto profundo y emocionante, que -según Guaita- hay
que leer más de una vez.
– El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (Tatiana Tibuleac): un
relato muy profundo y revelador, que comienza con la historia de un hijo
muy enojado con su madre (historia que se va conociendo a medida que
se avanza en el texto). Con capítulos cortos y estremecedores, además de
frases conmovedoras como “los ojos de mi madre eran campos de tallos
rotos”.
– La perra de Alejandría (Pilar Pedraza): una novela que ocurre en la ciudad
de Alejandría, después de su apogeo y caída. Un texto escrito en clave de
terror y misterio, que comienza con una muerte y la lucha entre cristianos
y paganos.
Durante la conversación con los panelistas Dani Cachilupi, Adolfo Sommer y Emilia Burr, surgió la disyuntiva de separar al autor de sus obras, aludiendo directamente a Pablo Neruda y su historia personal. Historia que, como aclara Guaita, conocimos
Para introducirse en la literatura feminista, Diego Guaita sugiere comenzar con los ensayos, donde es mucho más evidente esta tendencia: “Siempre existió la escritura de mujeres, pero estaba relegada en segundo plano”, aclara Guaita.
El espacio finalizó con la lectura de un extracto de Las Olas, de Virginia Woolf
(1931):
“El sol no se había levantado todavía. Sólo los leves pliegues, como los de un paño un poco acomodado, permitían distinguir el mar del cielo. Poco a poco, a medida que el cielo clareaba, se iba formando una raya oscura en el horizonte, que dividía el cielo del mar, y en el paño gris aparecieron gruesas rayas que lo surcaban, avanzando una tras otra, bajo la superficie, cada cual siguiendo a la anterior, persiguiéndose una a otra, perpetuamente”.