Es una de las figuras literarias femeninas más destacadas del ambiente chileno. Poeta y narradora, recientemente publicó un libro de poesía erótica y reeditó uno de sus clásicos infantiles. Sobre su tercera nominación al Premio Nacional de Literatura y otros temas de actualidad conversó con Revista Te Leo. Reproducimos aquí la conversación que sostuvo con la Directora de ese medio, Lilian Flores Guerra, más contenidos culturales y de fomento lector podrás encontrar pinchando el ícono de Te Leo al final de esta entrevista.

En una entrevista del año pasado, respecto de la influencia que tu padre había ejercido sobre tu camino literario, señalaste que tanto a ti como a tus hermanas les había inculcado a “hacerse cargo de lo que escribíamos”. ¿Nos puedes comentar cómo esta enseñanza se ha manifestado en tu devenir?

Ese “hacerse cargo” para mí ha significado la absoluta honestidad con lo que escribo, los temas que elijo, cada palabra y el amor con que me involucro con personajes, situaciones y emociones. Yo jamás he escrito algo porque “esté de moda y hay que ir con los tiempos”. Mi espacio de absoluta libertad como ser humano es la página en blanco y en esa cancha yo soy los diez jugadores y el arquero: me hago foul a cada rato, me aterran los penales, juego sucio, arbitro y soy el Var a mi favor. Me hago cargo de mis errores y mis triunfos. Por lo general me gano 1 a 0

Tu primer libro individual publicado fue Causas perdidas, en 1984, y el más reciente es Eros, poemas de amor y otros lugares comunes, de 2023. ¿Cómo sientes que ha sido la evolución de tu expresión poética entre uno y otro trabajo?

Antes de Causas perdidas, el año 1978, la Editorial Nascimento nos publicó a varios poetas del taller literario dirigido por Roque Esteban Scarpa y Alfonso Calderón en el Campus Oriente de la PUC. Vivíamos en dictadura y don Roque como decano del Instituto de Letras, señaló que la institución “Universidad” no podía considerarse tal sin un taller de poesía. Demoraron años en incorcoporar el Taller a la malla curricular con nota como curso, de manera que todos los jueves íbamos a la sala del decanato (ni sala quisieron darnos) de 19:00 a 21:00 a leer y comentar lo que escribíamos en ese espacio abierto para alumnos de todas las carreras. En fin, ese libro se llamó UNO X UNO = ALGUNOS POETAS JÓVENES. De los nueve seleccionados, ocho seguimos escribiendo y publicando. Todos mis libros son muy distintos. Mi trabajo poético ha transitado por diversos tópicos que pasan por los matices del dolor, la conmiseración por el género humano; el humor blanco y negro; las paradojas; la ironía para apelar al doble estándar; el erotismo, la ternura y los celos; la búsqueda del verdadero yo; el abordaje de temas que me han atormentado desde muy pequeña al descubrir que cuando fuera grande no podría ser cisne y que todos nos íbamos a morir.

Por tercera vez estás nominada al Premio Nacional de Literatura. ¿Sientes que este galardón entrega algo más que el reconocimiento público?

Para mí es algo muy grande y tan significativo como los sueños. La importancia mayor de este premio es que permite visibilizar la obra de los poetas y llevarla a lectores que no son solo poetas y amigos. En mi caso, afortunadamente, me han leído los estudiantes a través de los textos escolares y en el proyecto “Diálogos en movimiento” que me ha llevado por Chile con mis libros. Y debo agradecer que el año 1984, Pía Barros me escuchara leer por primera vez el poema MUJERES DEL MUNDO: UNÍOS para, acto seguido, pedírmelo (estaba escrito a máquina y no tenía más copia) y lo publicó. La caja de cuentos donde iba mi poema como un tríptico la presentó en la Feria del Libro que se hacía en el Parque Forestal. Leí temblando sobre el escenario, porque cuando empecé a leer se produjo un silencio total y hasta de los stand salían a mirar. Era como una escena detenida de película donde solo transitaban todas mis mujeres por las cabezas y el corazón de los asistentes, que al terminar aplaudieron y se dirigieron al stand de la SECH a comprarlo para mandarlo a todos sus parientes que estaban exiiados, según me decían cuando me pedían dedicarlo. Muchos años después, en el primer viaje a Suecia, lo vería pegado en enmarcado en los muros de familias chilenas. Yo me imaginaba que esto no era real, que esto no estaba pasando, que era un lindo y nervioso sueño. Pero era mi homenaje a todas las mujeres y que se sigue compartiendo todos los 8 de marzo.

En esta misma línea, tu esposo, el poeta Thomas Harris, también está nominado al Premio Nacional. ¿Cómo se vive en la interna del hogar esta poco común situación?

La vivimos como una aparente poco común situación, y como los dos nos dedicamos a lo mismo, esto tarde o temprano tendría que pasar. Y ambos valoramos mucho lo que el/la otro hace en su peculiar diferencia.

En los últimos días se ha hecho público el testimonio de la hija de la Premio Nobel Alice Munro, quien acusó a su madre de no haberla apoyado en su denuncia sobre los abusos sexuales que su pareja había cometido contra ella cuando era niña. Esta situación ha vuelto a poner en la palestra la discusión sobre si es posible separar la obra de la autora. ¿Cómo has visto este caso?

Amo a Alice Munro y mi cuento favorito es “Radicales libres” que lo estudié con mis cursos y talleres. Yo siempre, siempre, siempre he separado al autor de la obra que ha creado. Porque desde niña he conocido y visto pasar por mi casa a muchos escritores y escritoras desde la generación del 50 hasta la del 87 y no necesariamente son tela de santo ni buenas gentes ni modelos de virtud. Sin embargo, he constatado que abundan en riqueza las excepciones.

En tu creación literaria hay lugar también para la narrativa infanto juvenil, y has estado muy activa realizando encuentros con estudiantes a partir de la reedición de tu libro El Tesoro de la Bruma. En tiempos de Tik Tok y post pandemia por COVID, ¿qué realidad respecto de la alfabetización de niñas y niños has podido percibir?

Desgraciadamente estamos en tiempos en que la lectura no es el entretenimiento masivo como lo fue en las antiguas generaciones. Y eso es muy perjudicial para el desarrollo, porque nosotros pensamos desde el lenguaje, pensamos con palabras y nos comunicamos de ese modo. Menos lectura es igual a menos lenguaje, que finalmente se traduce en la escasa capacidad de comprender y formarse sus propias opiniones en un mundo amplio, variado y complejo lleno de estímulos. Como profesora de Castellano, ahora Lenguaje, lamento el deterioro que se ha ido produciendo en nuestros niños y niñas de la aldea universal: leen poco y comprenden menos, y para qué decir la plaga de incorrección gramatical, sintáctica y ortográfica para expresarse por escrito. Una gran pérdida para la formación de individuos creativos, luminosos y con conciencia de nuestra presencia en este mundo.

Una de las demandas en el mundo artístico y cultural tiene que ver con las cuotas de género tanto en jurados de premios como en la entrega de reconocimientos. Has hecho pública tu postura de que la calidad de la obra debe hablar por sí sola independiente del género de su creador o creadora. ¿Cómo puede conciliarse esto considerando que el camino para las artistas mujeres suele incluir la carga doméstica, de cuidados, de crianza y otras, que impiden una dedicación y desarrollo de su trabajo creativo?

Yo siempre he pensado que la calidad de la obra es lo que debe prevalecer siempre. El punto es que los hombres deben seguir reeducándose para entender y valorar no solo la escritura de mujeres, sino nuestro rol en la sociedad, porque somos complementarios y no enemigos. Quien escribe, siempre le está robando el tiempo a la familia, a las amistades, a la vida social, porque debe trabajar para subsistir y además entregarse por completo a esta vocación, a esta pasión que no solo consiste en escribir, sino también leer y mucho. Quien escribe vive al límite.

También en una entrevista el año pasado, cuando se conmemoraban los cincuenta años desde el Golpe de Estado militar, señalabas: “contra la democracia la única lucha es más democracia”. ¿Cómo aplica esto en la actualidad, en que la información está en manos de quienes tienen el dinero para pagar por difundir lo que a ellos les conviene?

Esos son vicios y secuelas que vienen desde los tiempos de la Colonia. La democracia plena es una utopía. Las diferencias culturales y socioeconómicas marcan a nuestros países que apenas sobreflotan la linea del tercermundismo. El Poder y el Dinero son los reyes y dioses. Y quienes los tienen, creen que son felices y que están haciendo todo muy bien. La desigualdad ni siquiera les produce una sombrita de culpa. Y ya lo sabía Francisco de Quevedo (1580- 1645):

Son sus padres principales,

y es de nobles descendiente,

pues que en las venas de Oriente

todas las sangres son reales.

Y pues es quien hace iguales

al duque y al ganadero,

poderoso caballero es don Dinero.

¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?

 Mi próximo proyecto es un libro de poemas acerca de enfermedades, cirugías, vejez y recuerdos de tiempos felices desde la cama hospitalaria. Por primera vez tengo el título antes de escribir el primer poema: “Nombre del paciente”. 

Revista Te Leo
Revista Te Leo

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí