Un nuevo estudio del CIAE (Centro de Investigación Avanzada en Educación) revela que la segregación escolar en Chile ha disminuido significativamente durante la última década, alcanzando en 2024 su nivel más bajo en 20 años. Aun así, el país sigue estando entre los más segregados del mundo, especialmente entre los estudiantes de mayores ingresos.
La segregación escolar no es un problema menor: afecta la calidad del aprendizaje, limita el desarrollo de habilidades sociales y cívicas, y debilita la cohesión social. Chile lo sabe bien. Durante los años 2000, estuvo entre los tres países más segregados a nivel global, junto con Hungría y México, según datos de PISA 2018.
El estudio del CIAE analizó dos décadas de datos y midió la segregación con indicadores como el índice de Duncan y el índice H de Theil, que permiten estimar qué tan distribuidos están los estudiantes de distintos niveles socioeconómicos en el sistema escolar.
Los resultados muestran una tendencia preocupante durante los primeros años del milenio, con un aumento sostenido de la segregación hasta 2014. Pero desde entonces, y especialmente tras la implementación de políticas como la Ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP) y la Ley de Inclusión Escolar, el panorama comenzó a mejorar.
Por ejemplo, el índice de Duncan para el 40% de estudiantes más vulnerables de cuarto básico era de 0.52 en 2007 —es decir, habría que mover al 52% de ellos a otras escuelas para lograr una distribución equitativa—. En 2023, esa cifra bajó a 0.45. Una caída similar se registró en segundo medio, con una baja del 12% desde 2008.
La segregación también disminuyó dentro de los tipos de establecimiento, especialmente en los colegios particulares subvencionados, donde bajó 43% en cuarto básico y 35% en segundo medio. En los colegios públicos, que partían de menores niveles, también hubo una mejora de cerca del 36%, especialmente tras la entrada en régimen del Sistema de Admisión Escolar (SAE).
“Muy pocos países han logrado revertir sus niveles de segregación escolar. Por eso es importante destacar que en Chile sí se han visto avances concretos”, señala Juan Pablo Valenzuela, director del CIAE y uno de los autores del estudio.
Sin embargo, los investigadores advierten que la tarea está lejos de terminar. A pesar de las mejoras, Chile sigue liderando los rankings mundiales de segregación, sobre todo en los tramos más acomodados de la población estudiantil. Por ello, proponen eliminar el financiamiento compartido y avanzar en medidas que promuevan mayor inclusión en la educación pagada.
“El sistema aún excluye a muchos estudiantes según su origen social. Para lograr una sociedad más cohesionada y justa, debemos seguir avanzando hacia una escuela verdaderamente inclusiva”, concluye Valenzuela.