En esta segunda entrega de la entrevista que sostuvimos con William Yankes, sobre su obra «CHILE: Un Cautiverio Feliz?», abordamos el hecho de que pese a su antigüedad este manuscrito del Maestre de Campo, Francisco Nuñez de Pineda y Bascuñán, es aún desconocido y su revisión se encuentra circunscrita a los círculos académicos.
Debemos convenir que la obra de Nuñez de Pineda no es de conocimiento masivo, como si lo es La Araucana, por ejemplo
El desconocimiento del chileno medio de esta obra se debe a la mezquindad del chileno. Ha heredado una negatividad hacia el mapuche como virtud por la supuesta superioridad racial del criollo. La prensa, la educación, la Iglesia, las tradiciones, todo ha ido a mitificar la Conquista como algo honroso. La violencia se ve como fuerza. La ignorancia hacia el mapuche como preferencia por valores occidentales. Todo comienza con el robo de comarcas mapuches durante la Conquista. Los soldados de Pedro de Valdivia y sus séquitos adquieren grandes tierras indígenas. La esclavitud que sufrió el indígena aun después que la Corona española declarara el fin de esa morbosidad, ésta siguió.
La Encomienda fue la peor política hacia el indígena, y hacia el chileno. Se torturó al indígena al hacer de él un esclavo, por generaciones, en las que fueron sus tierras. La Encomienda es la burda cuna del neoliberalismo actual, que nació como experimento globalizador desde Chile por los Chicago Boys. Esencialmente es la misma cosa, hace siglos, u hoy. A nadie se le cortan los pies ahora para prevenir la fuga, pero sí los militares se adjudican la prerrogativa de matar a los indígenas en sus casas frente a sus familias para desposeerlos de sus reducidos terruños.
Los súbditos españoles tenían reducidos mecanismos para expresar sus opiniones políticas y demandar cambios en ese orden, pero eran claros. Usar escritos literarios requiere de un riesgo para esa persona
La osadía de Bascuñán de atreverse a darle lecciones de justicia social al rey resultó en el oscurantismo de la obra. Fue un castigo que hizo sufrir a su autor, sin imaginarse que en algún momento se le reconocerá como el magnus opus de la sociedad ideal para Chile y las Américas. Mi libro se ubica en ese umbral. La larva irrumpe en el vuelo de una mariposa. El problema de la Conquista, las matanzas de indígenas y el robo de sus tierras como la moneda del poder y el estatus social se daría en todo el continente y allende las fronteras hispánicas. Lo palpo en la codicia por la propiedad privada en cualquier país.
Los historiadores del siglo XIX, descendientes distantes de los primeros latifundistas, herederos de tierras mapuches, trataron de amputar esta obra para que no se revelasen ciertas verdades, pero gracias a debates de fondo ético, no lo lograron.
Lo que Israel le está haciendo al pueblo palestino hoy, 2023, esta masacre recíproca inaudita, la cual está cambiando bruscamente el cauce del siglo XXI, es una versión actual de la Conquista española. Esto ocurre en todas partes donde el poder se rebasa. La adquisición de riqueza es más importante que la humanidad y la salud de la naturaleza. Esa es la historia del mundo que se sigue repitiendo y nos rehusamos a aprender de los errores garrafales con los cuales nos salpica la historia.
Con los siglos la obra tampoco fue creciendo en conocimiento por parte más personas, si bien está en los programas de educación formal, no tiene los ribetes de otras crónicas de la época
El soslayamiento de esta obra no se debe, en mi criterio, a la dificultad de encuadrarla dentro de categorías literarias. Esta es una obra sagaz, con muchos rincones y repliegues. Hay que saber leerla. Hay que leerla con lentitud. Como el buen vino, la literatura hay que saborearla a sorbos cortos, a paso calmado. Esta obra nos sigue, se cuelga de nosotros en el fuero interno pensante debido a sus múltiples estriaciones de índole de género.
Para mí, sin embargo, no todo es loable en esta obra. Hay cosas y baches en ella que me desconciertan, me desilusionan. La principal es que no escuchamos la voz del indígena en directo. Todo lo sabemos por medio del narrador como intermediario. Igual la voz femenina. Sabemos que el mestizo Alejo fue su contemporáneo, que agredió al Fuerte Boroa, del cual Bascuñán estaba a cargo. Por qué omite el capitulo de su actuación? Y es Alejo quien pudo haber derrumbado el proyecto imperial español en Chile. Por último, Bascuñán tuvo la codicia de trocar servicio al rey por la insistente petición de este mestre de campo para que se le otorgaran tierras mapuches, las mismas que él dijera estaban siendo robadas del indígena por soldados y corruptos beneficiados de la Conquista. Esa contradicción ética hace que la obra perdure y que su autor desaparezca del mapa nacional como figura meritoria de estatua pública.
Que Cautiverio feliz no calce cómodamente dentro de los cánones convencionales no es el motivo de su olvido o desconocimiento. La razón es el prejuicio intencionado. Para hacer justicia social habría que devolverles las tierras ancestrales a ese pueblo. Habría que reconocer la bajeza moral del colonialismo brutal del chileno de raíces europeas en una actitud que se ha arrastrado por siglos y generaciones.
Hay maldad cultural y política alrededor de esta desconocida, mal leída y menospreciada obra, aun sin habérsele leído. El leerla es reconocer errores históricos. El leerla y apreciarla es obligarnos a revertir la Constitución del Estado nación. Cautiverio feliz es mucho mas que una obra etnográfica durante seis meses de una vivencia con un pueblo exótico, o de veinte años de redacción, estudio y razonamiento después de ese cautiverio entre amigos indígenas. Esta obra es un manifesto de orden telúrico. Le da Bascuñán una tremenda sacudida a la Corona para hacerle entender que hay que abrir los ojos, reconocer el “oro” que se busca y no se quiere ver (desde la óptica de la conciencia) cuando se le encuentra. Este oro tiene otra forma: es cultura indígena, es su humanidad, es una tierra fértil, es un mar rico en especies…. Es un futuro en paz.
Pero no. El chileno rechaza esa belleza de utopía para aferrarse a su miopía mezquina y auto-destructora. Es lo que conoce y no tiene las agallas para reconocer los méritos y los secretos de una bella nación que se ofrece en Cautiverio feliz.
William tu hablas que el Cautiverio es una novela temprana…por qué llegas a esa conclusión?
La estructura literaria de la obra obedece a una época barroca donde la hibridez de géneros acusaba la virtud del escritor por su capacidad de ambigüedad, un valor apreciado. La claridad del texto en su carencia de distintas acepciones era visto en menos. En su hibridez, Cautiverio feliz es diario de apuntes, codex de ideas y percepciones, catálogo de críticas punzantes, de analogías; es autobiografía, etnohistoria, pero aun más ruptural que nada, es novela, y lo es para su tiempo, donde el autor se expresa en la voz narrativa y se perfila como protagonista. La secuencia de capítulos se encorva como dramaturgia, nos transporta la retórica seductora hacia vértigos emocionales a medida que su trama nos lleva por altos y bajos hacia un desenlace…
Esto era inconcebible para su tiempo. Una Carta al Rey donde el escritor se adjudica el papel de vasallo y diplomático, representante del Rey, o abogador por una visión más sublime que la del rey mismo, sin que la Corona lo supiera. Es una gran osadía para su generación, un activismo sorprendente, un insulto culto a la jerarquía y a la institución del imperio y la Iglesia, pero desde nuestro prisma, una crónica única por su peligrosa valentía de época.
