La revolución digital ha generado cambios profundos en la forma en que las instituciones culturales gestionan y difunden el patrimonio que resguardan. Bibliotecas, archivos y museos, espacios tradicionales de acceso al conocimiento y a la historia, han encontrado en la inteligencia artificial (IA) una vía para modernizar sus servicios, expandir su alcance y optimizar la forma en que se relacionan con el público.
Aquí exploraremos las principales aplicaciones de la IA en estos ámbitos, sus beneficios, los desafíos que enfrentan y la visión hacia un futuro cada vez más automatizado e interconectado.
La digitalización como punto de partida
Antes de profundizar en la manera en que la IA está transformando bibliotecas, archivos y museos, es necesario comprender que el proceso de digitalización ha sido un cimiento esencial. Desde la incorporación de catálogos electrónicos hasta la digitalización masiva de documentos, este paso inicial sentó las bases para aplicar algoritmos de análisis de datos y aprendizaje automático. La digitalización no solo facilita la conservación y la búsqueda de recursos, sino que también abre las puertas a nuevas formas de interacción con el público, creando experiencias virtuales y ampliando el acceso al conocimiento.
Este proceso digital, sin embargo, no se limita a escanear libros o registrar objetos en bases de datos. Incluye también la creación y el almacenamiento de metadatos estructurados que permiten que los sistemas de IA puedan “leer” y “comprender” qué tipo de información contienen las colecciones. Gracias a esta estructura de datos, las técnicas de aprendizaje profundo (deep learning) y las redes neuronales convolucionales pueden procesar grandes volúmenes de información, reconociendo patrones y relacionando contenidos de manera más eficiente.
IA en Bibliotecas: innovación y acceso al conocimiento
En el ámbito de las bibliotecas, la IA ha llevado a la transformación de muchos espacios en centros inteligentes de conocimiento. Según la investigación de Wei Chen y Cong Sun, titulada Research on the Innovative Application of Artificial Intelligence in Cultural Heritage Services of Libraries, la incorporación de IA en bibliotecas universitarias ha permitido integrar sistemas de recomendación basados en aprendizaje automático para ofrecer resultados más precisos y personalizados a los usuarios. A esto se suma la adopción de aplicaciones como RSS (Really Simple Syndication) para la difusión de contenido digital relevante, ajustado a los intereses de cada lector.
Este impacto se refleja en la organización de los recursos, la búsqueda de información y la experiencia del usuario. Uno de los puntos cruciales que subrayan Wei Chen y Cong Sun en su estudio es la importancia de la cultura espiritual dentro de las bibliotecas:
“En cuanto a la herencia cultural bibliotecaria, lo esencial es prestar atención a la herencia de la cultura espiritual porque esta es el alma de la cultura bibliotecaria, su núcleo duro y el símbolo más distintivo de la biblioteca.”
Con el respaldo de la IA, no solo se preserva este aspecto “espiritual”, sino que además se potencia. Los algoritmos pueden diseñar recomendaciones de lectura alineadas con los intereses culturales y formativos de cada usuario, al tiempo que facilitan la participación en actividades de promoción cultural y de lectura. De acuerdo con esa misma investigación, las redes sociales y las microaplicaciones están redefiniendo la comunicación de la cultura tradicional, abriendo la posibilidad de “extender la nueva cadena de comunicación” y transformar la manera en que las bibliotecas difunden su contenido patrimonial.

Otro avance notable en este ámbito es la automatización de tareas administrativas, como el préstamo y la devolución de libros, la detección de plagio en textos académicos y la clasificación de documentos con algoritmos como LDA (análisis discriminante lineal, por sus siglas en inglés). Todo ello libera tiempo al personal bibliotecario, que puede centrarse en labores de asesoría especializada, promoción cultural y mejora continua de la oferta bibliográfica. A este respecto, la investigación de Wei Chen y Cong Sun también destaca la función de los sistemas de empuje inteligente de información, que permiten una “localización precisa del grupo objetivo, análisis de la demanda y generación personalizada de contenidos”.
Como resultado, las bibliotecas en adelante se visualizan como espacios híbridos, donde la interacción con el mundo digital es tan relevante como la consulta física de documentos. Los catálogos integrados con motores de IA estarán listos para atender las necesidades específicas de un público diverso. Y, al mismo tiempo, la biblioteca no pierde su esencia cultural y educativa; más bien, la refuerza ofreciendo una amplia gama de recursos y experiencias interactivas.
IA en Museos: digitalización y curaduría inteligente
Los museos, al igual que las bibliotecas, han sido escenario de importantes transformaciones gracias a la inteligencia artificial. Un grupo de investigadores coreanos, Jae-Ho Lee, Chan-Woo Park y Hee-Kwon Kim, en su estudio Digital Transformation of Cultural Heritage for Various Museum Applications, resalta el uso de “tecnologías de datos, redes e inteligencia artificial” como base para la digitalización de objetos patrimoniales y la creación de plataformas interactivas para su gestión. Con estas herramientas, es posible clasificar y contextualizar grandes colecciones de piezas, facilitando no solo la tarea de los conservadores, sino también la del público que busca información específica sobre un objeto en particular.
La curaduría inteligente es uno de los avances más prometedores. Mediante algoritmos de análisis de datos, se pueden identificar tendencias y sugerir narrativas expositivas basadas en la correlación de piezas o temáticas. Esto permite diseñar exposiciones mucho más dinámicas e interactivas, adecuadas a distintos perfiles de visitantes. En palabras de los mismos investigadores:
En línea con esta visión, la realidad virtual y la realidad aumentada, potenciadas por IA, ofrecen experiencias inmersivas de gran valor educativo y cultural. El público puede explorar reconstrucciones históricas, ver cómo lucían antiguas civilizaciones o interactuar con obras de arte de manera virtual. Este enfoque no solo amplía el interés de los visitantes, sino que posibilita el acceso a personas que, por razones geográficas o de movilidad, no pueden visitar el museo físicamente.
“Al expandir tareas como la administración, búsqueda y selección de reliquias que ya están digitalizadas en cierta medida, la mayor parte del trabajo en todos los campos, incluidas reuniones, exhibiciones, planificación, educación, publicidad y preservación, se realizará principalmente en un entorno digital.”
Otro aporte significativo de la IA en el ámbito museístico es la restauración de piezas dañadas. Al utilizar redes neuronales y algoritmos de aprendizaje profundo, se pueden analizar patrones de color y textura para restaurar digitalmente obras deterioradas. Estas técnicas permiten a los especialistas rescatar detalles que podrían haberse perdido con el paso del tiempo, a la vez que se conserva un registro digital de cada paso. De esta forma, las colecciones dejan de ser estáticas y adquieren una nueva vida en entornos accesibles a nivel global.
IA en Archivos: preservación y análisis de imágenes
Los archivos, especialmente aquellos que almacenan colecciones fotográficas e imágenes de distinta índole, también se han beneficiado notablemente de la inteligencia artificial. Carmen Silva y Lídia Oliveira, en su texto Artificial Intelligence at the Interface between Cultural Heritage and Photography: A Systematic Literature Review, señalan que la IA representa un “cambio de paradigma” en las actividades y en la investigación relacionada con la gestión de colecciones fotográficas. A través del uso de redes neuronales convolucionales, es posible mejorar la clasificación de imágenes, corregir daños y aumentar la resolución de fotografías históricas.
Además, el reconocimiento de imágenes basado en IA permite identificar rostros, objetos y escenarios históricos, facilitando la catalogación y la búsqueda de materiales que antes quedaban sin etiquetar adecuadamente. Estas investigadoras destacan que la imagen, gracias a la IA, recibe un “proceso de resignificación del vínculo con la realidad”, en el que se pueden generar representaciones sintetizadas de escenas que nunca fueron capturadas originalmente. Este fenómeno, que involucra la creación de imágenes a partir de descripciones textuales, es especialmente valioso para complementar colecciones de archivo que carecen de ciertos documentos visuales.
Por otra parte, la restauración digital de fotografías antiguas abre la puerta a la recuperación de detalles que habían sido cubiertos por el deterioro físico. Elementos como grietas, manchas y pérdida de color pueden ser corregidos por algoritmos entrenados específicamente con grandes conjuntos de imágenes de referencia. Este proceso no busca reemplazar la conservación física, sino complementarla, ofreciendo versiones digitales de alta calidad que contribuyen a la preservación a largo plazo del patrimonio cultural.

Desafíos en la adopción de la IA
A pesar de los progresos, la aplicación de la IA en bibliotecas, archivos y museos presenta diversos retos que no pueden pasar inadvertidos. Uno de ellos es la precisión de los algoritmos. Aunque los sistemas de reconocimiento y clasificación basados en aprendizaje profundo han mejorado de forma sustancial, todavía existen errores en la identificación de elementos patrimoniales o en la restauración de imágenes y obras de arte. Estos errores pueden comprometer la integridad de la información disponible para los investigadores y para el público en general.
También existe la cuestión de la ética en el uso de los datos. Los derechos de autor y la privacidad pueden volverse problemáticos cuando se procesan grandes volúmenes de información. En muchos casos, las instituciones deben tramitar permisos y licencias, o bien contar con directrices claras para proteger la propiedad intelectual. A esto se suma la creciente preocupación por el sesgo algorítmico: los sistemas de IA entrenados con bases de datos incompletas o sesgadas podrían perpetuar prejuicios o invisibilizar ciertos segmentos del patrimonio cultural.
Por otra parte, la adopción de la IA requiere capacitación especializada. El personal de bibliotecas, archivos y museos no siempre dispone de los conocimientos técnicos para implementar soluciones basadas en IA. Este desafío se agrava en instituciones con recursos limitados, que no pueden costear infraestructura tecnológica costosa ni invertir en formación continua. Como apunta la investigación realizada por el equipo del National Museum of Korea y el Electronics and Telecommunications Research Institute, citada por Jae-Ho Lee y sus colegas, la colaboración multidisciplinaria es clave para desarrollar herramientas de IA que comprendan la naturaleza compleja y diversa del patrimonio cultural.
Perspectivas de un futuro conectado
Pese a los desafíos, el panorama futuro de la IA en la gestión del patrimonio cultural se vislumbra alentador. Cada vez más, los actores involucrados en estos procesos están generando redes de colaboración para compartir datos, experiencias y metodologías, con miras a maximizar el impacto positivo de las tecnologías inteligentes. El surgimiento de plataformas de acceso abierto y la estandarización de metadatos también contribuyen a que la investigación y la preservación sean más consistentes, transparentes y democráticas.
Por otra parte, la adopción de la IA requiere capacitación especializada. El personal de bibliotecas, archivos y museos no siempre dispone de los conocimientos técnicos para implementar soluciones basadas en IA. Este desafío se agrava en instituciones con recursos limitados, que no pueden costear infraestructura tecnológica costosa ni invertir en formación continua. Como apunta la investigación realizada por el equipo del National Museum of Korea y el Electronics and Telecommunications Research Institute, citada por Jae-Ho Lee y sus colegas, la colaboración multidisciplinaria es clave para desarrollar herramientas de IA que comprendan la naturaleza compleja y diversa del patrimonio cultural.
En las bibliotecas, es probable que veamos una mayor integración de herramientas de recomendación basadas en aprendizaje automático, capaces de predecir intereses y necesidades incluso antes de que los usuarios las formulen. Esto no significará el fin de la interacción humana, sino la potenciación de la labor bibliotecaria y cultural. Tal como proponen Wei Chen y Cong Sun, la biblioteca inteligente debe fomentar la creación de nuevas experiencias de lectura y la promoción cultural, ajustadas a la era de las redes sociales y la movilidad digital.
En los museos, la digitalización de colecciones continuará expandiéndose para abarcar cada vez más piezas patrimoniales, generando experiencias inmersivas a través de tecnologías como la realidad mixta y la simulación virtual. Además, al contar con datos más abundantes y de mayor calidad, los algoritmos de IA podrán proponer recorridos museográficos cada vez más personalizados, conectando piezas de distintas épocas y contextos geográficos. Así se fortalecerá el puente entre la historia y la sociedad actual, enriqueciendo la experiencia de los visitantes.
Con respecto a los archivos y colecciones fotográficas, el perfeccionamiento de las técnicas de restauración digital y la creación de imágenes sintéticas abrirán nuevas vías para la investigación, la educación y la divulgación del patrimonio. Será posible reconstruir escenarios históricos, resaltar detalles antes desconocidos y garantizar la supervivencia digital de documentos que el paso del tiempo ha dañado de forma irremediable.
Finalmente, es esencial mantener una visión equilibrada: la implementación de la IA, aunque aporta incontables beneficios, no sustituye el criterio de los profesionales ni el valor intrínseco de los objetos físicos en su contexto histórico. Lo que sí hace es complementar y engrandecer el trabajo que se lleva a cabo en bibliotecas, archivos y museos, al facilitar la gestión de grandes volúmenes de información y al ofrecer herramientas más potentes de análisis. En ese sentido, la inteligencia artificial se perfila como una aliada indispensable para que estas instituciones continúen cumpliendo su misión fundamental: preservar y difundir la riqueza cultural de la humanidad.
Artículos citados
Chen, W., & Sun, C. (2024). Research on the innovative application of artificial intelligence in cultural heritage services of libraries. Applied Mathematics and Nonlinear Sciences, 9(1), 1-14. https://doi.org/10.2478/amns-2024-3131
Lee, J., Park, C., & Kim, H. (2024). Digital transformation of cultural heritage for various museum applications. International Conference on Electronics, Information, and Communication (ICEIC), IEEE, 1-4 https://doi.org/10.1109/ICEIC61013.2024.10457249
Silva, C., & Oliveira, L. (2024). Artificial intelligence at the interface between cultural heritage and photography: A systematic literature review. Heritage, 7(7), 3799–3820. https://doi.org/10.3390/heritage7070180