Estamos ansiosos porque esta Pandemia termine. No sólo porque la muerte, liberada por las calles de nuestras ciudades, nos dé un alivio; sino también porque la energía desatada estos días genera, y generará, múltiples procesos creativos. Ya nos sobamos las manos, por tener entre ellas, los miles de libros que resultarán de esta experiencia colectiva.
Nos volveremos a abrazar, es la frase que surge desde cada esquina del mundo. Ella no es sino el grito que demanda piel, cariño, afecto y amor. Un grito de humanidad que sale de entre los gráficos y curvas de contagiados, de exámenes positivos, de recuperados y de muertos.
No es muy arriesgado aventurar que los creadores de cultura serán, como siempre, la expresión de esa pulsión intensa, ahogada, marcada por la tristeza y el miedo. Nuevamente los artistas cumplirán su rol social, ese mismo que ignoramos y soslayamos en tiempos de “normalidad”; ahí estarán las canciones, el dibujo, la ilustración y la pintura, la gráfica y … los libros para ayudar al desahogo de tanta energía, dolor y esperanza.
Este punto de inflexión en nuestra historia universal pone de relieve tantas voces de alarma, sobre nuestro modelo de sociedad, el orden económico y nuestra relación con la tierra, por sólo decir algunas. Pero ¿Es que ninguna de esas alertas estuvo presente antes de la Pandemia? Ciertamente si, miles de veces, y en tantos formatos y soportes. Las ignoramos, las tachamos de marginales, hippies, exageradas y nacidas al fragor del consumo de sustancias de dudosa calidad.
En fin. Los creadores de cultura han ido siempre unos pasos más allá de la coyuntura, conectan con el torrente de las venas de este cuerpo social, sienten en carne propia el aumento de la temperatura y, por estos días, la falta de aire. Vaya, por lo menos, para ellos el reconocimiento de sus voces y miradas; sus escritos, música, sus obras de teatro, las performance callejeras, el video, el meme, estuvieron antes advirtiéndonos de cuánta humanidad estábamos perdiendo.
Cabe preguntarse si después de esta Pandemia saldremos más humanos, si retomaremos la mirada colectiva y los asuntos públicos con la relevancia que debemos.
Hay dudas, ya nos hablaron nuestros artistas sobre la pérdida de humanidad y solidaridad que nos provocaba nuestro orden pre Pandemia. Y el virus no ha permitido sino que, en muchos lugares, las respuestas públicas y privadas carezcan de sentido colectivo y colaborativo. En nuestros países más injustos, la brecha social fue aún más violenta. Porque en ellos sólo algunos privilegiados contaron con acceso a un sistema de salud seguro, los exámenes de detección no fueron gratuitos y universales o la etapa de recuperación no estuvo garantizada para todos los infectados.
Habrá rabia, muy posiblemente. Frustración y recelo de los informes oficiales ¿por qué no?. Habrá también alegría por haber sobrevivido, como tras una guerra, cantaremos y bailaremos los que quedemos vivos y lloraremos a los que partieron. Sólo esperamos que toda esa energía signifique naciones más conscientes de su futuro y que ello implique ciudadanos y ciudadanas involucradas con su devenir.
Esperamos con ansias esos libros, novelas maravillosas serán aquellas, cuánta poesía llena de vida y muerte, o esos cuentos intensos que nos dejarán perplejos; las novelas gráficas que recogerán la velocidad y pálpito de estos días; libros para un mundo distinto, uno cargado de humanidad y, por lo mismo, diferente. Con esperanza… que quizá sea lo único que sobreviva intacto del mundo que se fue. Los libros que vendrán después de estos días donde el sopor,el ahogo y el miedo nos volvió más nosotros mismos, … más humanos.
Buenísimo comentario, esta es una pagina recomendable. Gracias más en esta época de encierro!!
Gracias Jorge, nos animas a seguir con nuestro proyecto con más entusiasmo y satisfacción